Las deportaciones del presidente Trump han alcanzado a madres hondureña y a sus hijos pequeños que son ciudadanos estadounidenses. Por un video de la congresista demócrata Norma Torres a la presidenta Xiomara Castro se sabe que una de ellas fue deportada junto a su hija, que está muy enferma con cáncer en etapa cuatro, y que la niña fue expulsada del país sin su medicación. En la comunicación, Torres pide a la mandataria hondureña apoyo para asistir a la menor a tener una oportunidad de luchar contra la rara forma de cáncer o de tener un final pacífico de su vida.
Se ha conocido que las madres hondureñas deportadas eran candidatas para obtener un alivio migratorio, pero debido a que el ICE les negó el acceso a sus abogados no obtuvieron asesoría a tiempo.
La dureza de este caso no ha conmovido los corazones de las autoridades estadounidenses, que han justificado estas deportaciones diciendo que los niños se fueron con sus madres porque ellas así lo pidieron y haciendo hincapié en que “si decides tener un hijo ciudadano estadounidense, sabiendo que estás en este país ilegalmente, te pones en esa situación. Pones a tu familia en esa situación”, en palabras del “zar de la frontera”, Tom Homan.
Este es un reflejo de la cruda realidad a la que se enfrentan día a día miles de compatriotas que se fueron a los Estados Unidos en busca de las oportunidades que les negó su país de origen y que ahora están a expensas de ser deportados en cualquier momento y de regresar a una patria que todavía no abre los espacios necesarios para que hondureños y hondureñas puedan cumplir en su tierra sus sueños de superación.
El camino a recorrer para hacer de Honduras la patria de oportunidades que todos soñamos sigue siendo largo, y todos, autoridades y sociedad, debemos redoblar esfuerzos para llegar a la meta propuesta.
