Discotecas, burdeles, barberías, "cuartos VIP" y hasta carnicerías hallan en módulo de Támara

Tegucigalpa, Honduras.- El olor es fétido, penetra con fuerza las fosas nasales hasta llegar al cerebro, atrayendo ratas negras de alcantarilla, que demuestran estar acostumbradas al bullicio de un pequeño submundo de unos 2,000 metros cuadrados que habían creado los privados de libertad en el módulo de Sentenciados 1, dentro del Centro Penitenciario Nacional de Támara, al norte de la capital.

El equipo de EL HERALDO Plus penetró el primer módulo desocupado por las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), al que por muchos años no pudieron entrar ni los directores del centro penal, ya que desde la terraza, en el techo, había privados de libertad armados apuntando a la entrada. También estaba protegido con perros pitbull.

Los rumores resultaron ser ciertos: la cárcel de Támara alberga un historial criminal de corrupción, donde aparte de los asesinatos registrados en la historia, también se mueve el dinero sucio, el proxenetismo y los abusos.

Un pelotón de unos 200 agentes penitenciarios en formación ya llevaban hasta el martes tres días limpiando los cerros de basura que han sacado del módulo desocupado, luego de los traslados a los nuevos centros penitenciarios.

Ya se desmantelaron los lujos y privilegios que tenían más de 700 privados de libertad que ahora fueron enviados a los centros de máxima seguridad en​​​​ Ilama, Santa Bárbara; La Tolva en Morocelí, El Paraíso, a Siria y al nuevo módulo de Támara.

“Encontramos una discoteca con todas las luces y parlantes, habían burdeles porque contrataban prepagos, tenían negocios de restaurante, pulperías, barberías y hasta carnicería”, afirmó el coronel de ingeniería de combate Kalter Medina, director de la cárcel, antes de comenzar con el recorrido.

Támara alberga a 5,023 internos en unos diez módulos que ya comenzaron a ser controlados por las autoridades del INP, quienes ya saben que existen “cuartos VIP”, negocios y una serie de excentricidades que se van a ir eliminando para tomar el control del sistema penitenciario nacional.

El módulo de bloques está construido en dos niveles, con salida a las terrazas que también eran controlada por un grupo de internos, quienes hacían lucrativos negocios, utilizando las instalaciones como propias, sin que las autoridades les hicieran nada.

Refrigeradoras, lujosas alfombras, televisores, aires acondicionados, camas matrimoniales, parlantes, conexiones clandestinas de energía, cable para televisión y hasta espacios que funcionaban como pequeños burdeles han sido desmantelados en las últimas horas, según las autoridades.

Los “cuartos VIP” son espacios dentro de las mismas celdas a las que los privados de libertad les hacían mejoras. Utilizando bloque, arena y cemento edificaban paredes y con el hierro de los portones hacían losas empotradas en la pared para hacerles segunda planta con sala de estar.

Les instalaban cerámica en el piso y le ponían puertas para luego venderlos. “Un cuarto de esto lo vendían entre 50,000 hasta 300,000 mil lempiras, lo compraban los que tienen dinero, se apoderaban del espacio y vivían ahí, era una sola venta, no es que los alquilaban”, aseguró el director.

Al consultarle cómo es que entraba tanto material, el coronel dijo que seguramente lo iban metiendo en pequeñas porciones, pero tampoco descarta que haya existido corrupción de los custodios y de las autoridades penitenciarias.

Si bien en este módulo solo estaban integrantes paisas, es decir, que no pertenecen a ninguna organización criminal, las autoridades del centro penal no descartan que también había presencia de la Mara Salvatrucha (MS-13) por la forma de cómo operaban.

Un promontorio de basura estaba acumulado desde el primer nivel, llegaba hasta el segundo piso del módulo, entre madera, plywood, restos de camas, estufas, muebles y ropa sacada de las celdas que han sido desmanteladas en la última semana.

“Dios nos ama” decía uno de los placazos con el dibujo de un conejo, y al mismo tiempo con una flecha señalaba otro mensaje: “muchos critican mi vida como si la de ellos fuera un ejemplo”, decía adentro uno de los módulos, por donde también deambulan gatos.

En el centro del módulo habían mesas de billar, en una de ellas quedó en el centro una pelota con el número 13, mismas que los privados de libertad decían que era utilizadas para su proceso de reinserción.

En una de las paredes había una especie de pintura, semejaba a un privado de libertad teniendo relaciones sexuales con mujeres, a la par tenía una pistola y un fusil tipo AK-47, evidenciando lo que pasaba en el interior de los módulos.

El director contó que por muchos años se cometieron abusos en ese módulo contra menores de edad, algunas tenían 15 años, quienes llegaban con la mamá, decían que iban a visitar a sus parejas, pero adentro la menor tenía relaciones hasta con cuatro hombres en un solo día a cambio de dinero.

Otras mujeres decían que iban a visitar a sus parejas, pero el objetivo era prestar servicios sexuales a los reos, ya que las visitas a los privados de libertad las recibían en los módulos y ellos se las llevaban a sus habitaciones, debido a la falta de control, ahora solo pueden ver a los familiares en una galera que recientemente se construyó.

En la terraza se desmanteló una especie de “salón VIP” que tenía hasta baño privado, ahí se realizaban fiestas con alcohol, mujeres, drogas y comida, a donde era prácticamente imposible llegar para los agentes penitenciarios.

“Una vez quise entrar con un pelotón y no pudimos”, aseguró el director, pero a medida fue avanzando el proceso de intervención, que comenzó en 2023, lograron hacer requisas e ir quitándoles muchos de los privilegios que tenían los internos.

“Dios bendiga este negocio y a quienes lo visitan”, rezaba un letrero al subir las gradas al segundo nivel del módulo, ahí funcionaba una de varias barberías donde se hacían todo tipo de cortes a los estilos de moda.

La “ziza” costaba 20 lempiras, la barba 20, el corte normal 30, el corte con navaja 40 y las cejas 15, se anunciaba en los letreros dentro del módulo, con la advertencia en inglés “no credit”, es decir, no daban fiado.

En la parte de abajo, estaban los restaurantes de todo tipo de comida, pero también estaba la carnicería La Bendición, un negocio donde se vendía carne de res, de cerdo, pollo y hasta pescado.

Mientras que en la parte de atrás estaba una crianza de gallinas y patos, pero además tenían gallos de pelea, con los que organizaban palenques los fines de semana, poniendo a pelear a los animalitos.

Allí mismo existe una especie de pila, donde están criando peces. Algunos de los privados de libertad, que son adultos mayores, demandan que les lleven alimentos a los animales, pero las autoridades penitenciarias tienen previsto desvaciarla y ver si en el fondo hay escondidas armas o cosas ilegales.

En las paredes de bloque del módulo existen agujeros como especie de caletas, igual en el piso, donde el concreto de unos ocho centímetros evidencia que es muy frágil y fácil de romper para los privados de libertad.

Mientras EL HERALDO Plus hacía el recorrido, uno de los privados de libertad se acercó de forma sigilosa y afirmó que “aquí estábamos bien, vivíamos tranquilos, podíamos comprar e ir a los talleres, donde nos llevaron no hay ni agua”.

Aparte de los placazos de mujeres desnudas, de la santa muerte y de armas, también tenían mensajes cristianos como “Dios bendiga mi familia, hoy mañana y siempre, amén”, mientras que en una ala había imágenes del equipo deportivo Olimpia y en el otro del Motagua.

El coronel Medina defendió que todas las cosas ilícitas que se permitieron en el transcurso de los años no saben cómo sucedieron, pero ahora están trabajando para que no se repitan.

Este módulo en 30 días debe estar completamente remodelado, ya se contrató a la compañía constructora que va hacer la remodelación, adecuando las celdas, las camas, mejorando el saneamiento y que quede completamente habitable, anunció.

Afirmó que el alto mando ya sabía lo que se estaba dando y por eso comenzaron a construir nuevos módulos en las cárceles. Esto les permite sacar a los privados de libertad de los módulos que han tenido bajo control y así poder evitar todo este tipo de privilegios.

Hasta la semana pasada los internos eran los que tenían el control, ellos tenían las llaves de los módulos, eran los que decidían quiénes entraban y salían a ese lugar, ahora serán los custodios los responsables del control de las llaves, aseguró.

Al consultarle si todo lo ingresado fue con corrupción, dijo que será Dios y las autoridades correspondientes las que deben investigar, pero en este momento están trabajando para crear un espacio donde no haya privilegios para nadie.

Esa situación se viene arrastrando desde hace muchos años, no es nuevo, defendió el coronel y pese a que pasaron dos años para poder detectarlo, se está trabajando con una línea de tiempo en todos los centros penitenciarios a nivel nacional para ir haciendo los cambios.

Reconoció que hay más módulos en iguales condiciones, pero los cambios se van haciendo de forma escalonada, remodelando y trasladando hasta que los edificios reúnan las condiciones dignas y sin privilegios para ninguno.